Revista Educare
UPEL-IPB
Barquisimeto, Edo. Lara - Venezuela
Vol. 24 N° 3
Septiembre - Diciembre 2020
El presente trabajo muestra los resultados parciales de una investigación en curso sobre el humor y la recreación en actividades virtuales de aprendizaje de estudiantes universitarios. Una de las características del trabajo presencial es la espontaneidad, las risas e interacciones sociales que indican un interés genuino por el otro. Es una investigación de corte cualitativo, fenomenológica y hermenéutica, que recuperó la experiencia de transición al modelo virtual. Para la recopilación de información, se elaboró un cuestionario de preguntas abiertas a estudiantes de 3 programas educativos a nivel universitario, con el propósito de conocer si existen las prácticas de humor y recreación. Se encontró que en las aulas virtuales se experimentó un distanciamiento entre el profesor y el grupo participante, poca circulación de afectos, desconexión entre los participantes, y en ocasiones se perdía el sentido de las actividades. A modo de reflexión la recreación y el humor ayudan a dar un sentido concreto al qué hacer en ese tiempo, cada acción debe ser dirigida y construida para el encuentro colectivo para la presencia divertida, gozosa y lúdica.
This work shows the partial results of an ongoing investigation on humor and recreation in virtual activities in university students. One of the characteristics of face-to-face work is spontaneity, laughter and social interactions that indicate a genuine interest in the other. It is a qualitative, phenomenological and hermeneutic investigation, which recovered the experience of transition to the virtual model. For the compilation of information, a questionnaire of open questions was prepared for students of 3 educational programs at the university level, with the purpose of knowing if there are humor and recreation practices. It was found that in virtual classrooms there was a distancing between the teacher and the participating group, little movement of affections, disconnection between the participants, and sometimes the sense of the activities was lost. By way of reflection, recreation and humor help to give a concrete meaning to what to do in that time, each action must be directed and built for the collective encounter for the fun, joyful and playful presence.
No cabe duda que las situaciones que enfrentamos en el día a día son impredecibles, nunca pensamos que la vida en las aulas cambiaría de un momento a otro. Esta situación mundial, la pandemia que vivimos actualmente por el coronavirus, nos llevó a trasladar las aulas de la universidad en las que tan gustosamente se convivía con los alumnos, a nuestros espacios personales y privados, a casa. Este desplazamiento ha generado un distanciamiento social de gran magnitud. Pero más allá de abrir estos espacios privados, nos quedamos con esta gran palabra que impacta directamente la labor docente, el distanciamiento social. Quedaron lejos esos días de intercambios de conocimientos en el aula, las risas, las situaciones divertidas, pero sobre, el acercamiento y el caminar juntos con los alumnos.
La presente investigación muestra cuál es el sentir y pensar de los alumnos que vivieron la experiencia de trasladar sus clases presenciales a espacios virtuales, debido a la presente pandemia. Los momentos de risas y alegría en el aula quedaron atrás y fueron sustituidos por convivencia a través de diferentes plataformas utilizadas en computadoras. Los maestros absorbidos por esta vorágine de emigrar aquello de lo que se disfrutaba de forma presencial a dar clases a través de Zoom, Meet, Team, Google Classroom, incluso por WhatsApp, sólo por mencionar algunos. Sin saber cómo emplear todas estas herramientas, en la marcha se aprendió.
Transformar aquellas actividades por equipo, prácticas y un sinfín de diferentes estrategias a sesiones por videoconferencia. Se tuvo que reinventar en la forma de llevar lo práctico a lo virtual, pasar de la rutina del aula a las plataformas virtuales, pero, sobre todo, en ocasiones no se logró conectar sentimientos, emociones y humor con los alumnos en los espacios virtuales como se hacía en lo presencial.
Maturana (1996) refiere que el acto de educar es la acción de convivir y convivir lleva al proceso de conocimiento y el gran ideal sería, la humanización de la persona, la formación integral de la misma. El acto de convivir es una acción transformadora en sí misma, porque la interacción con el otro lleva a replantear la existencia, se aprende en las experiencias cotidianas, la persona se construye en la convivencia. Estar de cuerpo presente en espacios escolares y en las aulas, representa una experiencia compleja desde el amor, odio, indiferencia, el contacto de las caricias, la agresión y violencia, vivir la amistad sin complicaciones, el conflicto con el otro, poner en cada clase deseos, expectativas, miedos, dudas. En el aula presencial se viven una infinidad de actos de convivencia y conflictos de ésta, de ahí la necesidad de vivir esta presencia de la forma más felicitaria como la risa, el chiste, la anécdota cómica, la ironía o la sátira política que pueda generar nuevas sinergias en el aula, deseos de conocer y de una vida más humana.
Un camino para hacer de la convivencia una experiencia humana es hacer uso de momentos de recreación. La palabra recreación, desde su significado etimológico recreatio-nis significa crear de nuevo, restablecer, volver a la vida, para restablecer el equilibrio, el deseo de humanización es necesario para tener espacios y momentos recreativos en el aula. La recreación como un momento felicitario necesita de un ingrediente especial que es el buen humor, una capacidad especial de poner distancia de mí mismo y de la realidad, es decir, tener buen humor es, saber separar el malestar de mi persona y darle a la situación nuevas posibilidades de ser experimentada y transformada.
La educación universitaria tiene la misión de humanizar a partir de procesos de innovación. El buen humor es una forma de alcanzar estos objetivos y de lograr enseñar a ser personas, despertar la autoconciencia, se logra que la convivencia felicitaria lleve a reconocer como finito y con capacidad de trascender a la persona (Modelo Educativo Universitario, 2019, p. 4). Una forma de contagiar a ser persona plena es tener una disposición de alegría y amabilidad. La relación entre una educación humanista es hacer la invitación desde la convivencia alegre a partir de actividades recreativas cargadas de buen humor.
La educación presencial tiene características específicas en la convivencia, como es la espontaneidad en las interacciones sociales y todo puede pasar, desde reírse de los propios defectos, cantar las mañanitas a quien cumple años, vincular los contenidos a experiencias personales y que el grupo haga retroalimentación de tal situación. Al momento de cambiar de lo presencial a lo virtual por la situación mundial de la pandemia se observaron situaciones concretas, tal como: de pasar un aula presencial a un Zoom o a un grupo de WhatsApp en el cual ya existían relaciones y formas específicas de convivencia y la experiencia de pertenecer a un grupo era motivo de cohesión, la pregunta es:
Con un propósito general de conocer cómo se presenta el buen humor en los docentes universitarios para que se fortalezca un aprendizaje desde la convivencia felicitaria y que contribuya a humanizar la enseñanza-aprendizaje en los espacios virtuales. Describir las prácticas de convivencia en educación virtual para identificar las formas de convivencia felicitaria en los grupos y recuperar las prácticas de grupos que modificaron de la presencialidad a la virtualidad durante la pandemia Covid-19 para recuperar las formas de interacción felicitaria.
La experiencia de transitar de lo presencial a lo virtual y esas experiencias de buen humor, integración grupal y momentos de risas, se obtuvo de estudiantes de segundo semestre de la Licenciatura en Lenguas Modernas en español, de la Facultad de Lenguas y Letras, otros más de tercer semestre de la Licenciatura en Innovación y Gestión Educativa y de la Maestría en Ciencias de la Educación, estos dos últimos programas educativos pertenecen a la Facultad de Psicología. Los tres programas educativos forman parte de la oferta educativa de la Universidad Autónoma de Querétaro.
A través de la presente investigación mostraremos su sentir, sus conflictos y sobre todo su perspectiva en cuanto al distanciamiento social que se vive en este espacio de formación universitaria, el cual se caracteriza por una ausencia muy notoria del buen humor y la recreación en los espacios virtuales.
A través del tiempo, la forma de llevar a cabo el proceso de enseñanza y aprendizaje ha sufrido cambios importantes. Cuando pensamos en educación, nos trasladamos inmediatamente al espacio físico que se da en un aula, donde conviven docente y alumnos. En el cual intervienen libros, niños, adolescentes y adultos en un espacio para generar no sólo conocimiento, aprendizaje y enseñanzas, sino también factores muy importantes como lo es el desarrollo sociocultural, los vínculos entre las personas que intervienen, el afecto, la armonía y las amistades que se generan a través de la interacción en los espacios educativos. Cuando pensamos en la educación en el aula, pensamos en todo tipo de situaciones que se presentan en este espacio. Desde las llamadas de atención a los estudiantes hasta situaciones divertidas y chuscas que ocurren dentro del aula, así como en el proceso de enseñanza y aprendizaje que es la finalidad por la cual los estudiantes se encuentran ahí.
La educación a distancia comenzó con la invención de la imprenta en el siglo XV (Guita, 2015, p. 3). Posteriormente en 1800 en Inglaterra la Universidad de Londres propuso programas en esta modalidad para educar a los ciudadanos británicos que vivían en India y Australia, países del Imperio Colonial y en 1833, en Suecia se registra un curso de Contabilidad por correspondencia. Existen tres momento o etapas en la evolución de la tecnología y su aplicación en la educación a distancia, como se presenta en la tabla 1.
Tabla 1. Etapas de la educación
Primera etapa |
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| Modelo | Centrado | Medio | Característica | |
| Cerrado | Centrado en el material didáctico, generalmente libros |
Correspondencia | Aprendizaje en soledad en el que los estudiantes tenían poca o ninguna interacción con docentes tutores | |
| Segunda etapa | ||||
| Modelo | Centrado | Medio | Característica | |
| Unidireccional | Las emisiones de radio y televisión suponían un complemento de audio y video para los materiales impresos |
Radio, televisión, cable y video | Las emisiones de radio y televisión suponían un complemento de audio y video para los materiales impresos. La interacción sigue siendo restringida |
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| Tercera etapa | ||||
| Modelo | Centrado | Medio | Característica | |
| Bidireccional | Interactividad | Multimedia, internet, redes sociales, web 2.0 y web 3.0 |
La utilización de satélites de comunicaciones, aprendizaje mediante ordenador e internet, utilización de sistemas de banda ancha para la comunicación síncrona y asíncrona mediante texto, audio y video, todo dentro de un conjunto de medios que se ha venido en denominar “educación en línea”. |
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Para acercarnos un poco más a la educación a distancia y a lo que implica la tecnología, habremos de especificar el significado de tecnología en el aula a lo largo de la historia de la educación. Dussel y Trujillo (2018) proponen que “la convivencia de medios tecnológicos de distintas épocas humanas (el papel, los pizarrones, las pantallas) en la escuela configura una espacialidad y una temporalidad densa, contradictoria, que hace que esta institución sea mucho más heterogénea de lo que suponen quienes la definen como plana y tradicional” (p. 147). Todos estos elementos fueron tecnología que en su época fueron innovaciones dentro del aula. Tendríamos que hacer una definición bien delimitada de lo que implica tecnología, como lo es la definición de la RAE (2019), conjunto de los instrumentos y procedimientos industriales de un determinado sector o producto, esto implica que el papel, los pizarrones, las pantallas son tecnología presentada en diferentes épocas que vinieron a cambiar la forma de trabajar en las aulas.
Lo que actualmente conocen nuestros alumnos como tecnología es un concepto diferente al planteado anteriormente. La forma en que tienen internalizado este concepto las nuevas generaciones tiene que ver con el uso de dispositivos electrónicos, redes de comunicación vía electrónica y con el uso de plataformas en el internet. Dussel y Trujillo (2018) argumentan que es importante considerar la conexión entre tecnología y pedagogía, porque actualmente la misma sociedad de la información y comunicación lo exige (p. 149). El reto como docentes es precisamente, mediar el uso de la tecnología en el aula y las prácticas que llevamos a diario. El desafío de cada maestro es adaptarse a las innovaciones para estar no sólo a la vanguardia, sino también a la par con nuestros alumnos. Pero como sociedad, ¿nos encontrábamos listos para una adaptación súbita para hacer un cambio de lo presencial a lo virtual o de educación a distancia? La presente situación mundial en cuestiones de salud por la actual pandemia, nos hacer enfrentar una realidad muy difícil. Esta es, el alejamiento del aula y de los alumnos, rompiendo, en algunas ocasiones, el lazo tan frágil que podemos tener con los estudiantes.
Nespor mencionado en Dussel y Trujillo (2018, p. 147) propone que la escuela esunmundo social, “una intersección en un espacio social, un nudo en una red de prácticas que se expande en sistemas complejos que empiezan y terminan afuera de la escuela” y esto se ha visto fracturado al encontrarnos en distanciamiento social por la pandemia. Las diferentes situaciones que vivíamos en el aula como lo es el proceso de enseñanza y aprendizaje, las conversaciones informarles, las anécdotas y las risas, que nos humanizan y generan el estrechar lazos han quedado en el pasado, para traernos nuevas formas de interacción. Estas nuevas posibilidades tienen que ver con lo que sucede en las aulas virtuales, que se han vuelto el espacio idóneo para continuar con la formación de nuestros estudiantes a través de las diferentes plataformas por internet.
Se experimentó una transición de una educación presencial a una educación a distancia. Para Campion (2015) “la educación a distancia es el proceso de enseñanza y aprendizaje que separa al docente y los alumnos la mayor parte del tiempo” (p. 2), este se desarrolla por medio del apoyo a los estudiantes con los instrumentos impresos y tecnológicos a través del cual llega el contenido educativo durante un periodo de aprendizaje autónomo e independiente. Pero ¿qué sucede en la educación a distancia? ¿se dan las mismas formas de interactuar? ¿la forma de interactuar entre alumnos-alumnos y docente y alumnos es idéntica? Probablemente no. La educación a distancia se ha categorizado como una educación en la que no intervienen el sentido del humor y se vuelve tensa.
El rol del docente ha cambiado, ahora se requiere de diferentes habilidades para estar actualizado en la docencia. Viñals y Cuenca (2016, p. 103-114) comentan que las herramientas tecnológicas y los espacios virtuales nos han requerido de nuevos roles o papeles que tienen que incluir como son el de organizador, guía generador de aprendizajes, coach, gestor del aprendizaje, orientador, asesor, facilitados y tutor. Estas nuevas formas de comunicación nos invitan a innovar los procesos de interacción, de educar, e informar, de diversión y sobre todo a participar y adaptarse a la nueva normalidad a través de las diferentes plataformas como Zoom, Team, Meet, etc. Garrison (2005) mencionado en de Pablo (2017) nos dice que:
La presencia docente en los espacios virtuales de aprendizaje supone la tarea por parte del profesor-tutor es la de diseñar y orientar los procesos de aprendizaje e interacción entre los miembros de tal forma que se obtengan resultados educativos de importancia. Ha de estructurar tareas y actividades educativas relevantes, moderar y dirigir los debates entre los participantes hacia la reflexión y el aprendizaje en comunidad. (p. 48)
El núcleo del trabajo del docente es precisamente, diseñar y organizar las actividades que se llevarán a cabo, pero también es parte de esta relación, el interactuar con los alumnos, el bromear y reír, no solo en el aula, sino también en los espacios virtuales de aprendizaje. Es necesario llevar a cabo actividades de buen humor y recreación para que los lazos de amistad, camaradería y de humanización se continúen fortaleciendo en la distancia.
Los humanos llegan a este mundo desprovistos de habilidades, conocimientos y de un sentido de existencia, en la medida que van socializando y madurando se da un contagio de esa esencia de lo plenamente humano. Marx (2001) menciona que convertirse en seres sociales a partir de un proceso de interiorización de la cultura y esto nos permite construir un pensamiento propio, es decir, un camino posible para convertirnos en personas al ser atravesados por procesos educativos. Para Freire (2009) la educación es praxis, es decir un acto de reflexión y acción sobre el mundo conocido y deseado. La educación tiene un papel fundamental en los procesos de humanización de la persona.
Pensar la educación desde una postura sociocrítica nos lleva a colocar a la persona al centro de la práctica educativa, esto significa que lo primero es hacer que se reconozcan las capacidades personales para la construcción de sí, elegir un proyecto de vida o un sentido de existencia y que a la vez contribuya al enriquecimiento de su pueblo. La tarea educativa es dignificar a la persona, recuperar capacidades y potencialidades para la transformación del mundo personal y social, Freire (2009) hace referencia a que la educación es un proceso de liberación a partir de la concientización, es decir, buscar y preferir aquello que enriquezca a la persona y a las relaciones que establezco con el mundo, y poder actuar por un fin colectivo.
La tarea de educar debe ser un acto humanizador en sí mismo, pero también un acto amoroso, de reconocimiento del valor de la persona y por ello un acto de indignación por aquellas condiciones que no ennoblecen lo humano, y por ello debe ser transformación de las condiciones temporales de la existencia a partir del diálogo entre las personas y el mundo, para develar las condiciones limitantes de la existencia, y por lo tanto lo que se pone sobre la mesa es la cultura para su transformación y aquello que nos orienta a las formas de valorar y crear al mundo personal y social.
La educación como experiencia es la posibilidad de compartir vivencias mutuas en el aula, y a partir del encuentro amoroso elaborar procesos de concientización (Freire, 2009, p. 10-50). Para Marx (2001, p. 105-500) el mundo se construye a partir de las relaciones sociales que se establecen entre la persona y el mundo, por lo tanto, la educación es la transformación por la convivencia, a partir de la circulación de afectos, Maturana (1996, p. 175) menciona que educar es aprender a convivir, sentirse parte del grupo, con dignidad como seres vivos, pero además históricos. La educación es un proceso relacional y de mediaciones de la persona consigo misma, el otro y el mundo, estas relaciones son fruto del amor y espontaneidad que pueda existir en el espacio educativo. Las personas se construyen en las relaciones en todo momento.
Las relaciones sociales amorosas son las que nos hacen plenamente humanos, la escuela busca alcanzar este ideal en la convivencia en las aulas. La risa es un mecanismo de cohesión porque alegran, distensan y acercan a los integrantes del grupo, abren la posibilidad de vivir interacciones desde la emoción y sentimiento, antes que, en la represión, castigo y el miedo a éstos. Es en el amor en la que podemos alcanzar la propia naturaleza humana y buscar el ennoblecimiento del ser.
Educar es convivir, estar en relación social permite no solo la sobrevivencia, sino también la transformación del mundo, estar juntos no significa convivencia, sino que debe existir intercambios efectivos que permitan la transformación de sí, en un ambiente que permita la convivencia significativa a partir de acciones concretas (Maturana, 2002, p. 45), es decir, una forma de convivir es tener buen sentido del humor. Un camino que lleva a la convivencia significativa es compartir desde una sensación placentera, felicitaria, desde el desear ahí hasta querer compartir, sensaciones que se objetivan en las expresiones faciales, las posturas y el tono de voz, es decir, estar de buen humor, con emociones positivas placenteras que tienen un origen subjetivo (Fernández, 2010: 23) que se manifiesta en las formas de estar.
La educación al incluir el sentido del humor proporciona nuevas perspectivas para contemplar la realidad, es una disposición o estado que procura la alegría y amabilidad (Fernández, 2016) falta la página al final de la cita, es un estilo de vida que nos hace enfrentar lo cotidiano desde otras posibilidades. La decisión de sonreír a la vida permite que la persona se construya a sí misma, con otras posibilidades, desde la presencia que puede discrepar, reconocerse, estar en sí misma, en un ambiente que permite la risa, lo cómico, incluso en lo trágico o dramático y que son compartidos de forma colectiva. La educación humaniza cuando la persona puede reconocer su condición en el mundo y lo hace en colectivo en presencia activa de otros.
Una educación transformadora es un acto de presencia, disposición a construir conocimientos a partir del pensamiento crítico, para ello se requiere una actitud de encuentro, solidaria con esperanzas, movida por la curiosidad de comprender el mundo. En un tiempo de pandemia se requiere pensamiento y acción transformador que atienda las brechas de desigualdad, el miedo al futuro y si esperanzar para buscar mejores condiciones de vida, acompañarnos de buen humor que nos permita tomar distancia entre la realidad y la propia perspectiva de vida, para visualizar caminos más humanos y deseables (Freire, 1997; Fernández, 2016), el buen humor permite sostener la esperanza, ser conscientes de las dificultades y obstáculos para buscar nuevos senderos.
El buen humor es una forma de abordar las dificultades desde una postura esperanzadora, crear un ambiente así en los espacios escolares es un medio para construir y sostener relaciones sociales efectivas, porque reír, pensar, soñar es una forma de implicarse en la existencia del otro. Estas interacciones ayudan a que el mundo por construir sea desde la colaboración y desde sentimientos amorosos, y estar en la clase ya no se centra en el cómo hacemos o cómo lo resolvemos, sino en el cómo lo siento, el cómo lo vivo y el cómo las emociones gratas, las risas nos encuentran y le dan un valor distinto, hace que surja y crezca la pertenencia al grupo, y por lo tanto es posible creer y construir algo en común y sacar lo mejor de sí.
Imaginemos una hoja de papel lisa, sin arrugas ni enmendaduras o esquinas dobladas, es perfecta en su estado, pero con el tiempo y el uso dado o maltrato que es objeto de forma intencional o accidental su estado natural se ve alterado y podemos alisarla con la mano, esto es una forma de restaurar de re-crear, esto es la recreación o restauración del ser, volver al equilibrio integral de la personal, el buen humor es una herramienta fundamental en la tarea de recrear porque es un interludio, una burbuja, un paréntesis entre lo serio de la vida cotidiana y lo placentero de existir.
La recreación es un derecho humano y una acción deliberada para el tiempo libre, pero también como metodologías de enseñanza y aprendizaje, busca el desarrollo humano, es sistemática y sistematizada, es decir, es planeada con un objetivo bien definido que lleve al desarrollo pleno de la persona, en el pensar, sentir y hacer (Moreno, 2006). La actividad recreativa es un medio, para modificar estados de ánimo, de integración, proyección de la vida, es una forma de humanizar los procesos educativos, dar sentido y esperanza a la vida, pasar de la rigidez a la libertad.
La recreación necesita del buen humor, porque permite crear un espacio cálido y afectivo para que circulen afectos y risas, es decir, espacios efectivos de convivencia (Fernández, 2010) para implicarse en las preocupaciones y problemas de las personas, para retomar las necesidades conscientes o conocidas de las personas que van desde las básicas para conservar la vida hasta de autorrealización y que los espacios escolares contribuyen a esto, porque se provee de saberes para comprender el mundo, de creatividad para resolver dilemas de vida, así como de autonomía y autorrespeto porque son valores que se promueven en los espacios escolares.
La recreación, como proceso educativo se caracteriza por ser crecimiento placentero y espontáneo de la persona a partir del buen humor, porque jugar es suspender la realidad, simplemente nos separamos por un momento de ella, el buen humor es que esa suspensión sea percibir el mundo desde lo cómico, gracioso, irónico, dramático y por ello puede hacer reír, jugar con humor es soñar riendo y se abren otros mundos posibles (Fernández, 2016). El crecimiento integral por el buen humor es seducción a la desobediencia de lo establecido de la seriedad, rigidez, monotonía y entonces las necesidades humanas y el desarrollo integral encuentran otras formas de satisfacerse desde el cuestionamiento del orden establecido y la decisión personal de cómo alcanzarlo. La risa es desobediencia divertida, es seducción a la nuevo, es puerta por abrir y camino a transitar para restablecer el pensamiento crítico, las relaciones afectivas y la construcción de lo venidero.
El buen humor es una virtud en los integrantes del grupo escolar porque sostiene estados de ánimo positivo, jugar con buen humor contribuye a que el cuerpo manifieste alegría, los sentimientos circulen y el reconocimiento del otro tenga lugar en la escuela. Para humanizarnos, Levinas (1974), menciona que el humanismo se manifiesta cuando es posible el reconocimiento de aquel que está junto a mí, aquel próximo a mi cuerpo, el cercano pero cercano a partir de reconocer legítimas sus circunstancias de vida, aceptarlas y acogerlas, no únicamente mirar un cuerpo, sino contextualizar en tiempo y cultura, en tiempos de pandemia es necesario reconocer el dolor, miedo, incertidumbre y a partir de ahí reír para construir lo nuevo, tomar lo que se es en esencia y jugar con ello con alegría.
El buen humor se objetiva en una sonrisa en el rostro, en tiempo de pandemia el rostro es el que aparece en una pantalla y los brazos se ven limitados al abrazo fraterno, por ello pensar de forma humanística el otro lo encontramos en el rostro, Levinas (1974), menciona que es justamente en el rostro donde el otro se hace epifanía, se manifiesta en esencia, mirarnos a la cara es encontrarnos desnudos en nuestra condición de soledad-presencia, amor-desamor, alegría-tristeza, esperanza-desesperanza, a los docentes esto debe interpelar para disponer una respuesta al otro, desde la recreación y el buen humor, a partir del juego y la risa.
La educación debe poner al centro a la persona para el desarrollo pleno, ser más y mejor, pensar esta necesidad desde la recreación y el buen humor es detonar en la persona una sensación felicitaria, reír de la incoherencia o incomprensible del mundo, bromear con la vida puede llevar a la sorpresa, indignación, implicación para sacar lo mejor que hay dentro de sí, para luego apropiarse de sí y del mundo, para pensar formas creativas de transitarlo, porque el buen humor despierta la imaginación, creatividad y motivación para continuar con el camino, Levinas (1974) nos diría que debemos salir de sí para ser responsable de uno mismo, del otro y de lo otro, el buen humor provoca amistad y comunidad, salir de sí, ir donde el otro.
Pensar el buen humor y recreación como recurso de la educación, permiten crear lo nuevo, a través del juego y la risa se transforma el dolor en posibilidad y festejo de la vida. El buen humor es desarrollo humano porque permite la motivación, relaja, hacemos comunidad, nos divertimos, socializamos, aprendemos y somos más creativos (Fernández, 2010), porque favorece crear un ambiente de aprendizaje relajado y participativo, combatiendo el mal humor y la tristeza. Se favorece la sorpresa, la risa, la diversión, además de provocar satisfacción y alegría, y así logramos salir del aislamiento y la apatía. Trabajar con buen humor nos humaniza porque salimos de sí y nos preocupamos por nuestros asuntos y los del otro, pensamos la pobreza, tristeza, injusticia social, nos situamos en la experiencia personal y de empatía con los otros y esto lleva a la responsabilidad del crecimiento personal y social, para construir lo nuevo con una sonrisa en el rostro y en el alma, significa una trascendencia desde el rostro alegre, dejar huella en el otro a partir del gozo.
La investigación es de corte cualitativo, descriptiva y explicativa, responde a la necesidad de los objetivos y del estado del arte de los estudios del buen humor en el campo de la educación virtual y recreación. La pregunta rectora del proceso de investigación fue conocer cómo generar el buen humor, pertenencia y comunicación en grupos de educación virtual cuestionamiento que implica explicar cómo el buen humor y actividades recreativas contribuyen a procesos de humanización en los grupos universitarios en educación a distancia, en el escenario de la Universidad Autónoma de Querétaro en México.
El trabajo de campo consistió en la recolección de datos directamente de las y los estudiantes, a partir de una entrevista narrativa de cómo vivenciaron sus clases presenciales y luego el cambio a las pantallas de Zoom y Google Meet, así como entrevistas a profesores sobre cómo observan el comportamiento de los grupos. Los datos empíricos obtenidos de las narrativas fue reunir y ordenar lo felicitario y el aburrimiento y las prácticas que permitieron el encuentro y aquellas que fragmentaron las relaciones que van desde la experiencia de reír, conversar, expresar vivencias personales, prácticas de enseñanza anteriores al confinamiento y durante el confinamiento.
Menciona Morin, Ciurana y Morata (2003), que la teoría no es conocimiento, sino que se hace operable con el método para transitar un itinerario de construcción del conocimiento; se requirió de un método que permitiera describir y comprender, por ello se utilizó el método fenomenológico, hermenéutico, así como el estudio de caso para describir e interpretar las prácticas recreativas con buen humor.
La Fenomenología, como método, es la indagación del sujeto y la experiencia del mundo que le constituye, es buscar las cosas internas que dan sentido a la existencia; es la apertura al ser de aquellas cosas que lo mueven y lo hacen ser. La Fenomenología supone un puente entre sujeto y mundo. Heidegger (2014) define a la Fenomenología como lo que semuestra, sacar a la luz, hacer visible en sí mismo, y mostrarse en sí mismo y por sí mismo de diversas formas. La fenomenología de Heidegger (2014) concibe a la persona como seres arrojados al mundo, que necesitan para seguir existiendo, proyectarse hacia el futuro y conocer las posibilidades de realización, porque está presente la idea y sensación de finitud.
Al narrar la experiencia de clase, es posible identificar el cómo se va implicando o excluyendo del grupo de clase y cómo esto contribuye a procesos de humanización o deshumanización. La Fenomenología permitió la reivindicación del estudiante al hablar de sí se observa a sí mismo y en esta observación toma conciencia de sí para darle sentido propio a la experiencia de estar en grupo de clase y en clase. El trabajo fenomenológico significó que el estudiante se pregunte a sí mismo por él mismo por su experiencia felicitaria, tomar conciencia del propio sentido de estar en grupo, es decir, percatarse de la relación entre la percepción y la conciencia en el espacio y repensar el abanico de posibilidades de gozar.
En un segundo momento la Hermenéutica fue la posibilidad de acoger las contradicciones, para reorganizar las ideas y las formas de saber o de construir el conocimiento; es pasar a la comprensión como una forma de conocimiento para dar razón del carácter histórico del sujeto cuando abre al mundo el ser (Heidegger, 2014, Morin 1998). La hermenéutica significó estructurar una respuesta desde la contradicción de las prácticas de alumnos y maestros, así como desde el inacabamiento de las ideas, porque es asumir que se hace una interpretación desde la percepción del investigador.
Heidegger (2014) menciona que la interpretación consiste en percibir como es algo en cuanto algo, explica el para qué de las cosas, en el desarrollo para la proyección en el mundo; es un ejercicio de comprensión. Para comprender al estudiante y maestro es necesario partir de la caracterización y de la posibilidad del ser como proyecto desde la libertad de elección, el cómo expresamos y para qué expresamos y cómo nos sentimos con ello, esto permitió reconocer el lugar y papel que ocupa el buen humor y las actividades de recreación.
El estudio de caso fue un relato de vida (McKernan, 2008) que permitió, desde alumnos y maestros describir y explicar el porqué de su praxis al momento de estar en clase. Consistió en reconstruir desde su experiencia de confinamiento lo que antes hacía y lo que ahora añora, como una forma de recuperar las características de las clases presenciales y virtuales, esto ofreció datos para comprensión e interpretación (McKernan, 2008) Se invitó a participar a profesores y alumnos a la investigación, en dos facultades, en la de Lenguas y Letras y en Psicología, para extraer datos de la originalidad en las formas de apropiación del mundo (Stake, 2010 y Girardi, 2011).
La entrevista fue una técnica de investigación y comunicación oral interpersonal entre los participantes y el investigador, que favoreció el diálogo cara a cara, directo y espontáneo para hacer un recuento sobre las experiencias significativas durante los momentos de clase tanto presenciales como vivenciales (Girardi, 2011). La entrevista se realizó por vía Zoom, con esta fue posible que el profesor mostrará aquello que orienta y significa su práctica educativa, para el estudiante fue hablar de cómo interactúa entre sí y con el maestro y cómo se constituye una dinámica armoniosa, divertida y con sentido de pertenencia.
Se consideró oportuna una entrevista semiestructurada para que se quedara abierta y flexible al momento de conversar. Se utilizó un guion para no perder de vista el objetivo central (Girardi, 2011). Las preguntas direccionaron y apoyaron para exteriorizar, apuntalar, hacer memoria y recapitular la búsqueda de sentido y mostrar aquello que mueve a la existencia, los momentos de juego y espontaneidad.
El trabajo de análisis consistió en recolección y organización de información, análisis y conceptualización. El análisis de la información se realizó bajo el siguiente proceso: primero la preparación de la información recabada, que consistió en la transcripción de las entrevistas. Seguido se identificó ideas generales, lo que dicen las y los participante. Por un lado, estudiantes y por el otro, profesores de forma general. Luego se organizaron las ideas para descubrir las unidades de análisis, que consistió en identificar temas y cómo se fueron relacionando con las preguntas de investigación. Finalmente se elaboró una codificación de las unidades de análisis, de los cuales surgieron categorías con las que se interpretó la realidad observada. Estas categorías construidas fueron: conversar, encuentro, confianza y comunicar, estas dieron una explicación de cómo fomentar un ambiente felicitario en el salón de clases.
La pregunta que dio norte a la recolección de información y seguido a la interpretación de esta fue cómo generar risa y gozo para la convivencia, para seguir conservando un ambiente grato en los espacios virtuales. El buen humor se objetiva en una sonrisa y es así como se detona una serie de posibilidades de conversar, de la razón a lo subjetivo, siendo un paréntesis para sentir la presencia efectiva de acompañamiento y sentir la confianza de compartir no sólo conocimientos, sino estados de ánimo, sueños, aspiraciones y miedos y en colectivo sentir una red que soporta la existencia. Reír llevó a distensar, estar, ser empáticos y sentirse comunidad de acompañamiento.
Sonreír es tan real como sentir al otro junto, es un momento de reposo un instante tan nutritivo para el alma que permite el vaivén de las palabras, silencios, miradas en un ritmo amoroso. Un pequeño acontecimiento cotidiano que se vuelve anécdota se puede convertir en algo divertido, por ejemplo: en el aula presencial entrar con una sonrisa, un bueno día, preguntar cómo están y contar un chiste, eso hace un gran inicio de la clase, pero también el recordar aquella confusión de palabras como Suzuki por jacuzi y llevo a risas espontáneas. Esto no solo ocurre en lo presencial, sino que también en los ambientes virtuales, un momento gracioso que hace brotar risas y luego se democratizan los espacios y momentos, porque se deja de tener miedo al otro y hay una predisposición a trabajar de forma más colaborativa y desenfadada.
Con la risa la dinámica del grupo es fluida, es pasar de la tensión a un acto de expresión de juego y sueño ya que se experimenta un paréntesis de la realidad, porque pasamos de lo serio y fragmentado a la risa y el humor, por ejemplo en una clase sobre Grupos y comunidades, el maestro hace el siguiente chiste: el trabajo es tan malo que hasta pagan por hacerlo, y eso llevó a risas y luego a una lluvia de chistes de este mismo tipo y a más risas ¿cuál fue el aprendizaje de los alumnos? en orden de conocimientos fue la importancia de colaborar a partir de un fin común que soporte un fin personal, es decir, la cooperación sostiene lo social, el segundo fue que reírse la realidad ayuda a abordar temas complicados, porque se toman a chiste para luego reflexionar, en una palabra reducen la defensa a temas complejos; finalmente aprendieron que reír es una forma de transgredir el orden previo como solo mirar al amigo, sino poder integrar al compañero.
Cuando salimos de sí y centramos la mirada en el otro, que no es amigo sino compañero, y reír nos permite actuar con naturalidad, sobrepasar barreras, mostrarnos tal cual, y ello nos lleva a compartir. Este ir más allá de sí convierte al salón de clases en una danza gozosa de palabras, miradas, gestos, silencios, miradas que tejen la conversación, una conversación auténtica porque se guarda silencio para oír, se degusta la palabra y luego es retroalimentada. Reír es el puente amoroso en el que se saborea la presencia del otro, por ello es posible pensar una forma distinta o alternativa de existir, porque el buen humor marina de una sensación grata el momento de clase, y más allá de este tiempo, porque siempre se recordará la anécdota y se volverá a reír.
Uno de los recuerdos recurrentes de algunos estudiantes fue que la maestra, antes de la pandemia y confinamiento, dedicaba tiempo de la clase a jugar, en una de las actividades de se hizo una actividad con un dado, que tenía las opciones de: abrazos, un secreto, una anécdota cómica, virtudes, un recuerdo bonito, un elogio para ti, ese día el grupo se río de las anécdotas de los compañeros, pero también se sintieron identificados con los secretos y recuerdos, porque más de una vez en la vida pasaron por esas situaciones, y después de ese día se pudieron ver más cercanos, con cosas en común, pero el aprendizaje más profundo fue que se sintieron reconocidos y aceptados por el otro, porque juntos pudieron reír de forma libre y espontánea, sin la burla, sino desde la “caricaturización” de la realidad y después de ello poder sentir que son adultos con virtudes y que contribuyen a la construcción de saberes, cuando alguien les dijo: “tus participaciones me ayudan a entender y ampliar el texto”, reír baja tensión, estimula el aprendizaje, reivindica a la persona.
Sentir el reconocimiento del grupo y de su profesor es una forma de generar un estilo y sentimiento de pertenencia al grupo. La risa genera un estado de ánimo positivo, porque al reír de una anécdota se supera el miedo al ridículo, la vergüenza, que es justamente poner distancia de sí para revalorar la situación, ver lo que tiene, y entonces nos abre una puerta a la flexibilización de la realidad, a una mirada del mundo en su justo medio y de ahí ser solidarios, el trabajo en equipo fluye de una forma diferente, algo de la persona se humaniza, porque se encuentra a rostro descubierto y a pie descalzo frente a otro igual en la misma condición, simplemente humanos con limitaciones, sueños, miedos y posibilidades.
La afirmación de estudiantes “siento que alguien le importo” no sólo es posible en lo presencial, sino también en lo virtual, porque en la experiencia de otro grupo durante el confinamiento comentaron que antes de comenzar la clase la maestra les pidió que hicieran un juego, cantar una canción con la nariz tapada y la lengua en la última muela de la boca, una clase vía zoom todos pudieron reír escuchando a sus compañeros, esta experiencia permitió que en la crisis y tensión de la pandemia pudiera tener una burbuja en la existencia que les permitió reír, escucharse, encontrarse, despertar la creatividad para saber que cantaban y la espontaneidad nuevamente apareció en el momento de jugar.
La experiencia de ser escuchados, de sentir que en grupo pudieron reír y que se sentían implicados mejoró, al menos en ese momento, la sensación de bienestar, pasar de la sensación de incertidumbre a la esperanza, y logró cohesionar al grupo. Sentirnos a gusto en un grupo, sentir que mis acciones favorecen el trabajo, es una forma de estrechar lazos de pertenencia, y por lo tanto de empatía, porque soy capaz de reír, de guardar silencio, de respetar y de acoger la angustia, miedo, alegría y esperanza del otro como propias y por ello atrevernos a compartir lo que somos.
Se puede responder que las prácticas de la educación presencial como sonreír, hacer un chiste, invitar a jugar, son elementos esenciales para conservar el buen humor en los espacios virtuales y tejer lazos de comunidad de mejorar la convivencia. Es una posibilidad buscar momentos de juego y recreación que permitan sentirse mirado, escuchado y que al reír se abran puertas de implicación y pertenencia a un grupo escolar. La tarea del maestro es salir al encuentro de estas realidades y mentar espacios de buen humor.
La experiencia de los alumnos de segundo semestre, previo a la pandemia, refieren tener entusiasmo y de aprender muchas cosas, era una emoción llegar al aula, y realizar las actividades propuestas, existía una conexión entre docente y alumnos. Pero en el cambio a lo virtual, a la educación a distancia, muchos de ellos refieren sentirse aislados, no estaban acostumbrados a convivir tanto con papá y mamá, hermanos, hermanas, e incluso con abuelos o algún otro familiar que viviera en la misma casa. Se encontraron en la situación de pasar todo el tiempo en familia y trabajando más, sumando a que hubo distanciamiento físico y emocional con compañeros; aquello que hizo llevadero el tiempo de clases fue la cercanía con los maestros, porque se sintieron apoyados y sobre todo acompañados.
Las cuestiones de infraestructura y espacios personales dieron paso a situaciones divertidas durante las sesiones. Desde la familia que se escucha en el fondo del audio, hasta cuando pasa el tren, o cantan los gallos, sin olvidar al del fierro viejo que venda y el señor que pasa vendiendo tamales. Los alumnos opinan que a pesar de que hubo acercamiento, no es lo mismo que presencial. No opinaron acerca de otras materias, dónde existieron tensiones que no quisieron externar abiertamente, pero si expresaron su preocupación y distanciamiento con el profesor.
La mayoría de los participantes en esta investigación externan que las risas y el gozo que se dan al estar en el aula presencial, no es lo mismo que lo virtual. Hubo risas, sí, gozo, a lo mejor no, pues el ser humano requiere de la presencia de otro y otros para no sentirse aislado. Comentan que cuando se abrían cámaras y micrófonos para cerrar la sesión, experimentaban una sensación de gozo, pero también de añoranza por no poder convivir físicamente. El aula virtual o la educación a distancia, nos ha empujado a reinventarnos como maestros. A retomar las risas, el gozo y el buen humor en el aula virtual.
La tarea de humanización en el proceso educativo ocurre al momento de jugar y reír, porque es posible soltar caretas de superioridad para encontrarnos flexibles ante el juicio y los actos, al darnos cuenta que estamos hechos de momentos de todo tipo y que aportamos algo al otro para su crecimiento. Somos plenamente humanos en la risa porque reconocemos la justa medida de nosotros sin dolor, pero sí con esperanza de ser más y mejores, pero tomados de la mano del otro, y que los paréntesis de risa son necesarios para mirarnos al espejo y continuar la vida caricaturizando la vida.
La risa como objetivación del buen humor humaniza y congrega a la convivencia, porque nos muestra tal como somos, seguido nos lleva a acogernos en la complejidad que somos, a mirar en el otro mi propia condición y hacerme cargo de ello en la implicación amorosa que me hace pertenecer al grupo escolar. Y finalmente el reír me hace situarme en el aquí y ahora de la existencia, solo existe el gozo de sentir el impulso de soltar la carcajada, eso estimula la confianza en el otro. Reír no es exclusivo de los ambientes presenciales, sino que es una gran posibilidad en los ambientes virtuales y justamente la risa, sentir que existimos como grupo cuando juntos podemos reír, la risa sólo es posible en comunidad, en soledad es poco probable que soltemos carcajadas.
Es una necesidad considerar el buen humor en la planeación didáctica, es una necesidad incluir el buen humor en los contenidos, ofrecer una explicación cómica, alegre, irónica de la realidad que permita bromear con las circunstancias; en el material didáctico buscar juegos, hacer uso de juegos de mesa, del teatro, de una cinta cómica, de memes, de cartones políticos que hagan de la realidad una caricatura digna de ser transformada y que aminore el estrés y el dolor de una realidad que dista de ser mucho de lo deseable.
Es recomendable hacer descansos breves con toques recreativos, que inviten a compartir experiencias a partir de una pregunta, de la música, de una canción, de movernos frente a la pantalla, de salir corriendo a buscar una hoja de tu maceta que tenga forma de corazón, ir a buscar un zapato, una prenda al closet y luego contar una historia absurda en la que todos puedan reír y reconocer la enorme capacidad de creación. Comenzar la clase con un elemento cómico que desestructure y motive al encuentro gozoso y durante la clase jugar con estos elementos humorísticos.
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